Y se hundió.

Sus padres se habían ido de casa. Los dos hermanos, Jorge de 12 años y Ángel de 10 años, estaban solos en casa durante toda una semana. El aburrimiento común les hizo buscar un juego en el viejo armario de roble, donde los juegos yacían inmóviles. Se decidieron por Adivina y juega. Era un juego extinguido y desconocido para ellos. Así que a jugar. Tiraron el dado, y tocó una casilla que decía: “Un plato se romperá”. Un plato se rompió. Pura casualidad. Volvieron a lanzar y la ficha cayó en la casilla que nombraba: “Las ventanas se romperán, y las puertas flamearán” Todo se movió, cerraron todo, y asustados, volviero a tirar el dado. La casilla se movió y marcó: “La casa se hundirá” La casa se hundió. Pura casualidad.

2 comentaris:

Microrrelatos de la frau dijo...
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Unknown dijo...

La historia es muy buena, tiene intriga y está bien graduada la acción. Lástima que no hayas buscado un título a este cuento.