Intentar olvidar a alguien es de cobardes. No es que yo sea el mejor ejemplo, pero sé de lo que habló. Quizás te crees que si no piensas en ellos, si desaparecen de ti, tú te sentirás mejor, aliviado y sin nada que echar de menos. Pero no es así.
Un hombre me dijo una vez:
"El sentido de recordar bajo cualquier circunstancia es de listos y no al contrario. Es de personas que valoran lo que tienen, pero sobre todo, lo que tuvieron en algún momento concreto de sus vidas. Ya sea bueno o malo, corto o largo, y hasta doloroso... Pero sigue siendo tuyo y por mucho que quieras olvidarlo, el hecho no se irá. Vale, ¿que quizás gracias al olvido se vive más tranquilo? Puede ser. Yo no digo que no. Pero no se vive mejor. ¿En serio crees que por no recordar lo que pasó, significa que nunca sucedió en la vida real?"
Pensé en lo que me había dicho el hombre ese cuando yo apenas era un niño pequeño de cinco años.
Ahora, con más sentido, no soy una persona corriente. No quiero decir que sea raro, únicamente, diferente.
Una persona que pasó de ser un niño con los cinco sentidos que todos sabemos, a un hombre con seis, sin conservar ninguno de los previos.

0 comentaris: