
Cuando te vi, por primera vez, me di cuenta de que te quería. Y cuando te vi por segunda vez, me di cuenta que lo que sentía no era querer, sino que era amor que nunca se acabará.
¿Cómo se puede ser original cuando ya todo está dicho? ¿Cómo verter vinos viejos en odres nuevos? Pensándolo así, escribir con originalidad parece una tarea muy difícil. Sin embargo, sucede todos los días, naturalmente y sin cálculo.
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso, 1959
0 comentaris:
Publicar un comentario