¡Corre, corre!– me decía la conciencia.
Alguien me persigue– pensaba en voz alta.
Me encuentro un charco, saltó, me mojo entera… Ahora esquivo a una mujer mayor, a continuación me caigo encima de un cochecito de crío pequeño, gracias a dios que el bebé no estaba. Me levanto en dos segundos y sigo corriendo. Me encuentro en una calle cerrada, se acerca mi peor pesadilla, estoy pálido con sudor fría… y resulta que era un gato precioso, blanco, con una cola larga y muy suave.
Lo acogeré en mi casa– pensé.

1 comentaris:

Unknown dijo...

Ya ves, este microrrelato no tiene ningún comentario, pese a ser muy bueno y tener una foto muy atractiva. Me han gustado todos tus relatos (un poco menos LEJOS, CERCA Y VICEVERSA, el tema es muy facilón), y el que más me ha gustado es este que comento: la tensión dramática está muy bien trabada, el desenlace es muy tierno, y la reflexión final acaba muy bien la historia. ¡Enhorabuena!