Lo vi pasar y me quedé inmóvil. No sabia por qué, un nudo en la garganta me impedía cualquier gesto voluntario que quisiera ejecutar.
Hacía tantos años de aquel romance prohibido, que ya no recordaba aquel estremecedor sentimiento que me impedía robarle un beso a quien me hacía sentir persona.
Cuando él, sin verme, se dio la vuelta y siguió su camino, sentí un impulso, pero aquel maldito nudo seguía ahí.
Sin querer, una lágrima cayó y recorrió mi rostro hasta perderse en el olvido, como aquel amor, que jamás perdonaré haberlo perdido.

0 comentaris: