Mi historia comienza un día en el que me empezaron a pasar cosas extrañas y diría que me tocó toda la mala suerte, pero no os quiero aburrir con mi insignificante vida. Os contaré el día de mala suerte que tuve. Fue el 23 de diciembre de 1979, unos amigos y yo estábamos en mi sótano, no teníamos qué hacer y entonces fuimos al bar donde siempre íbamos a tomar unas cervezas. Yo entonces tenía unos 19 años. Al ir hacia el Jerry’s bar me pasó de todo. Para que me tocara la mala suerte: se me cruzó un gato negro, pasé por debajo de una escalera sin darme cuenta, rompí un espejo…, para abreviar, digamos que estaba tentando a la mala suerte.
Después de salir del bar volvimos al sótano de mi casa, mi madre nos preguntó si la queríamos ayudar en la convención a la que iba. Iba a darles a los niños huérfanos los regalos de Papá Noel. Por supuesto, Papá Noel sería yo disfrazado. El favor que me pidió mi madre era que bajara por la chimenea y les diera los regalos, pero empezó mi mala suerte. Primero los regalos desaparecieron, aunque luego los encontramos; después el traje de Papá Noel había encogido en la lavadora, luego a la hora de bajar por la chimenea estaba entusiasmado, no sé, siempre me había gustado bajar por la chimenea como los espías de las películas, y bajé por la chimenea, pero me equivoqué y era la de la pastelería de al lado y había aterrizado sobre un montón de pastelitos de chocolate. Mis amigos me acompañaban y al ver que no estaba en la convención preguntaros si había otra chimenea por los tejados, y mi madre les respondió que sí, la de la pastelería de al lado. Mis amigos al enterarse de que había caído en la pastelería fueron a por mi rápidamente, conseguí salir y dar los regalos a los niños huérfanos, la mayoría estaban aplastados un poquillo y la alegre sonrisa de mi madre fue lo que me alegró a mí el día de mala suerte que había tenido.

1 comentaris:

Microrrelatos de la frau dijo...

NO ME LO HE LEIDO PORQUE ME PARECE DESMESURADAMENTE LARGO


CLAUDIA COMINO