En aquella mañana de Navidad, cuando me desperté me encontré con un regalo. Cuando lo abrí habia un bonito coche, de color azul oscuro. El coche vino con la batería descargada y necesitaba carga y yo estaba ansioso por jugar, por ver hasta qué velocidad llegaba.
Cuando terminó de cargar empecé a jugar con el coche y a hacer derrapes. Tenía luz en el farol, que clareaba mucho y era de dos tipos, como los coches normales (reales), una luz de larga distancia y otra de poca distancia.
Un día por la noche empecé a jugar con el coche y veía las luces, era un coche muy rápido y para frenar era muy difícil porque resbalaba mucho y no tenía tiempo de parar y chocaba contra la pared.
Ahora está un poco arañado por los choques, pero va bien.
Descripción de un regalo, Pedro Arquipelaro

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